En
una mañana de verano, junto a la orilla del mar y con una brisa suave pero cálida que acariciaba la cara de una mujer de cabellos
claros y rizados, que acompañaba a un joven de unos dieciocho años de edad. Durante
esa mañana el joven y la mujer conversaban abiertamente sobre los misterios de
la vida y de las experiencias que ambos habían tenido durante sus años de vida.
-
¿Sabes?, Quizás no te halla comentado, pero me pareces un poco inseguro de ti mismo.
-
No, no creas es que solo pienso y pienso en las cosas que tiene esta vida para ofrecer,
y me parece que todavía puedo aprender muchísimo sobre las situaciones.
-
Creo que debes caminar de vez en cuando solo, por los lugares que más te conmuevan y que
más te hagan pensar en ti, solo así podrás encontrarle el sentido verdadero a lo que te rodea y encontraras las respuestas
más acertadas a todas tus preguntas...
Luego de esa recomendación, la mujer se levanto
de la arena, se quito sus sandalias y caminó hacia la mar. Caminó y caminó hasta
que aquel joven sólo y confundido ya no alcanzaba a verla. Él grita a viva voz:
-
Mujer, no sé tu nombre, y quizás nunca lo sabré, pero te juro que viviré para encontrar
respuestas, solo porque quiero ser un hombre común con historias que contar, tal como me lo recomendaste. Aquél
joven continuaba visitando aquel lugar cada día, y así continuó por los siguientes ocho meses.
A partir de aquel momento, aquel joven casi no dormía del suspenso e intriga, porque estaba desesperado por conocer
aunque sea el nombre de aquella hermosa mujer vestida de blanco que se perdió entre el suelo y el cielo. Cada día para él era una eterna agonía, ahora ya no era el mismo, había crecido, había cambiado, había
sufrido, había llorado. Ya no sabia que hacer con su vida, que según el ya no
tenia sentido, porque nunca logro saber quien era la mujer con la que habló aquel 3 de septiembre de 1984. al joven ya no le importaban los minutos, las horas ni los segundos, solo le importaba una cosa, solo le
importaba conseguir contestaciones a aquellas preguntas que se planteaba, respuestas que contestaran solo la interrogante
más marcada que llevaba en su cabeza. Aquel joven, a sus veintiún años de edad,
continuaba visitando la misma playa, en el mismo lugar en la arena, esperando con ahínco volver a ver a aquélla mujer misteriosa
que despertó su sentir como hombre y su inspiración como ser humano. Con ella
él encontró mas que una amiga, una mujer a quien entregarle su vida de hombre común.
Una mujer que al el cegarse con ella, nunca se dio de cuenta que era irreal, todo porque desde el primer momento le
faltó coraje para aceptar que en su vida no habian metas hehcoas realidad, sino sueños que allí quedaban. Este libro es un recuerdo de las experiencias de aquel jóven ...
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