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Nunca pude despedirme...

Historias para leer, amar y contar... por Kenneth Franceschi Rodríguez

No hay amor como el de un Padre, ni dolor como el de un Hijo cuando lo menos esperado sucede....La Muerte.....

  Les voy a contar la historia más dolorosa de mi vida.  Mi nombre es Víctor, y les voy a contar del día en el que perdí a mi padre.  Tenia yo como costumbre al salir de mi casa, decir y avisarle a mis padres que me iba, pero no sé porque nunca dije: los amo; regreso pronto; vengo mañana; o simplemente  les pedí la bendición al cruzar la puerta de salida.  Fueron pasando loa años, fui creciendo con el tiempo y todavía no salía de mí pedir la bendición, no porque no lo sintiera, sino que me sentía incomodo o extraño al decirlo.  Conforme fue pasando el tiempo mis padres fueron envejeciendo y con el tiempo se hizo casi imposible que saliera porque su enfermedad era progresiva y tenia yo que estar ahí para cuando ellos me necesitaran.  El día 28 de marzo era el cumpleaños de mi padre y como no sabia como decirle que lo amaba y de que estaba feliz de que lo había tenido un día más de vida, le escribí una carta. 

 

-         Padre, tu me diste la vida, y prometiste amarme hasta el fin de mis días.  Ahora, aunque un poco tarde me he podido dar cuenta que no hay amor mayor que el de un padre por sus hijos.  Pero desgraciadamente ese amor algún día se convertirá en silencio y tu tendrás que decir adiós para siempre.  Adiós es la palabra más triste que jamás se haya podido decir, y yo lo tendré que decir el último día que te tenga aquí en frente de mí.  En el día de tu muerte, nunca me perdonaría el no estar cerca de ti para poder romper mi corazón y poder decirte simplemente adiós.  Cuando tu me necesites, yo estaré allí para ti, te acompañaré por el resto de mis días.  Déjame ser tu luz en la oscuridad, tus alas cuando quiera volar, tu protección durante la tormenta, y tu amor para toda la vida.  Algún día me veré en la triste situación de tener que decirte adiós y se romperá mi corazón si por culpa de mi orgullo nunca te dijera cuanto te amo.  Quizá algún día te volveré a ver, pero antes de ese día permíteme abrirte mi corazón y decirte Adiós.

 

    Esa carta la escribí para dársela a mi padre el día en el que sintiera la fuerza para hacerlo.  Pasaron los años y mi padre cayó en una precaria situación de salud.  Yo no estaba en Puerto Rico, para eso, porque estaba yo en un viaje de negocios por New Hampshire.  Recibí una llamada al hotel donde me hospedaría notificando que mi padre estaba muy débil y que quería verme.  Para desgracia mía, el próximo vuelo salía al otro día a las 2:00pm, así que sin pensarlo renuncié al proyecto y cogí el vuelo de regreso a Puerto Rico.  Llegue a PR. el día 4 de abril de 1999, para cuando llegue ya era muy tarde, mi padre había fallecido y ya entonces nunca pude darle mi carta ni decirle adiós.

 

Para mi no ha habido momento en que he dejado de reprocharme el no ser expresivo y él lamentarme por nunca poder haberme despedido de mi padre.

Hay veces en las que nosotros los hijos somo injustos con nuestros padres porque pensamos que cada cosa que hacen nos molesta, sin saber quizas que lo hacen por amor a nosotros.... Lo que sucedio aqui es muy importante y es una de las historias que más me gustan, ya que ésta representa mi mayor miedo en la vida.  No les digo que finjan ser santos un día tras el otro con tal de probar tal o cual cosa, lo único que les puedo decir es que si aún conservan no solo a su padre, sino a su madre tambien, diganle todos y cada uno de los días de vida, cuanto los aman, porque puede ser que quizas mañana sea muy tarde... y si no lo tienen, bueno pues en es caso, pidanle a Dios por el alma del mismo y frente a la tumba del mismo pidanle perdon por todas esas veces que quisieron decir un simple "Te Amo" y no pudieron....

No hay lágrimas más tristes que las que se derraman en la soledad, comparte tus sentimientos y no digas lo que quieres, di lo que tu corazón necesita decir...